Mi Palabra


"la vida es  tu sonrisa salvándome del abismo cada vez que me haces creer que la muerte no existe" 
Raúl Heraud


I

Me limitaré a escuchar
en la partitura de tus labios
los sonidos de nuestros desenlaces estrellándose en la parte trasera de un coche
Veo en tu rostro, caer constelaciones
Como si el universo se redujera al fruncir de tu ceño
Y sus elementos, en la histeria que los conduces

II

Nos queda la certeza
De que por lo menos una vez al día, nos recordamos
De que es falso que permanezcas detrás de una cortina de cabellos
Cuando has aprobado –exhibiendo agujeros en tus mejillas-
Que sea yo quien esta tarde riegue las partituras
Tornándose persianas
Por donde ingresa
MI PALABRA.

El Poema

I

Llegamos a el poema
pusimos a hervir nuestra garganta en el poema
Tragamos ladrillos escuchando al poeta
Aniquilamos la poesía
Porque solo tu lengua no recuerda el idioma no aprendido
de allí tu furia, de allí tu espanto. 

II

Entonces silenciamos la derrota, nos hacemos los cojudos
Recogemos nuestra piel desvistiendo al otro
Y en el siguiente segundo
Palpando tu espalda con la fuerza de una gota tragándose el océano
te dije.
“nada es tan exacto como nuestros parpados barriendo el universo
ni todo es tan perfecto como el sonido de una manzana al masticar"

Quizás por qué


I
porque en tu paso acelerado, el ritmo ligero que retumba en tus talones
porque en el atuendo, el luto como la noche esperada
porque mañana no será igual que hoy y somos propensos a eso
porque ya reíste y agachaste la mirada
porque ya escribimos en las etiquetas de las cervezas
porque usamos nuestras armas para hacer la paz
porque ya no somos los mismos y eso, mejor aun
                                                                           podemos ahora releer nuestros cuerpos

encontrar nuevos lenguajes
y seamos, el idioma nunca hablado


Ending

Los Magos, Los Acróbatas, Los Clowns
Sui Generis

ha llegado la hora más próxima a la aurora
los coros cantan un final apocalíptico
es la ultima escena que quedará en el inconsciente colectivo
es el acto que mantiene al público aniquilado en la butaca
la banda tocará como si fuera la última vez
los instrumentos, listos se acomodan la corbata
y los protagonistas esperan tragarse el corazón de la gente



Teogonía



En el principio estaba de un lado la nada y del otro estaba yo, con 7 días de no haberme bañado, emanaba un olor fétido, nauseabundo; también había acumulado grasa en los parpados, detrás de las orejas, en medio de los dedos de los pies; entonces pasé sobre mi cuerpo una toalla, restregué en lugares nunca explorados y cuando ya al final el trapo estaba totalmente cargado de mugre, entonces la tierra, entonces las montañas y la selva.  

Resfriado había permanecido en cama esos días, con lágrimas, mocos y flema fue entonces cuando al primer estornudo, una masa verde y gigante cayó sobre la tolla y de allí, los mares, los ríos y océanos; repletos de espesor contagioso y amargo, como la sal que se respira a la orilla de una playa y la que se prueba cuando entras al mar.

Entonces tuve la suficiente fuerza para levantarme e ir al baño a calmar mis instintos animales y los hice, aliviado, nuevo y liviano, regresé a la cama y se me antojó quizás masturbarme un poco, entonces lo hice, fue placentero pero con ello, lo poco que tenía de energía se fue con el público que salía de mi glande, millones y millones de seres se decidían a partir hacia un nuevo mundo, entonces cayeron en la tolla con mugre y flema, y de allí, la humanidad. 

De estos engendros, las familias; vivían primero en pequeñas comunidades a las orillas de las flemas, les gustaba bañarse en ellas, hacer una que otra gárgara y luego escupírsela a su compañero; tener una vida tranquila y surfear por las tardes, esa era la vida que tenían, prospera y tranquila. 

Luego vinieron gentes extrañas del norte, de la mugre empinada, bajaban enojados y molestos, estos tenían otro modo de vida, les incomodaba mucho el sol, trabajan en minas por lo menos 12 horas al día, comían piedras y tomaban muy poca flema, la deshidratación era una las principales causas de muerte. Entonces bajaron donde los muy perezosos hippies de la costa y les ofrecieron mugre, tierra, capitalismo, edificios, hoteles, moteles cinco estrellas donde podrían pasar la noche por solo diez dólares con la persona que quisieran y nuestros hippies aceptaron, todo a cambio de un poco de ese liquido espeso y verde.

Comenzaron las construcciones, entonces cada vez más los costeños se sentían amenazados por las grandes maquinarias, vehículos que movían grandes cantidades de tierra con sello “Uña y Mugre Construcciones” llegaban cada día más y el encargado de la obra, un gran hacendado de tierras en la colina, era un magnifico empresario y negociante, no había nadie en toda la zona que no haya hecho negocios con él, fue por eso que los hippies comenzaron a desconfiar de él, ya que habían escuchado rumores de que en la zona de los volcanes, él provoco el derrumbamiento de un sector y murieron muchos hippies obreros.    


Paso poco tiempo; los hippies se organizaron pero como eran un grupo naturalista, vegetariano y libre de organizaciones burocráticas nunca tuvieron un líder que los respaldara en lo que ellos estaban y no de acuerdo entonces hicieron una gran marcha pacífica en donde todos hablaban por todos, todos gritaban por todos, hippies intelectuales, artistas, escritores.
Hasta que llegó el día de que el dueño de “Uña y Mugre Construcciones” tendría que hablar con él, se reunieron, Don Uña y Mugre ofreció un café, los hippies dijeron no -tomamos mate- está bien y fue en ese instante en el que me decidí por coger la toalla tenderla, mojarla, limpiarla y dejar de jugar a ser algún tipo de dios que quizás no controla las situaciones y sin embargo permanece inmóvil mientras las observa.

Cólicos

Entonces toda promesa de luz fue mar adentro
Ernesto Carrión


I
Digiero en mi estomago un carnaval donde a medida que sopla el tiempo
se torna un ruido expulsado por mi ombligo
es esta fiesta multiforme que madruga, se acuesta tarde y en ocasiones, ni descansa
la siempre presente sensación de querer vomitar escarabajos por un oleoducto
y la siempre exquisita manera de evitar que se me salgan por la nariz
es este chuchaqui diario que permanece en la clandestinidad de los días
y está allí
               y te veo
queriendo adueñarse de este cuerpo, abatido y desorientado
es el desayuno cargado de incesantes martillazos en el tórax
siento que explota
          que estalla dentro


es la tarde aglutinada alrededor de divagaciones enfermizas 
donde lo único que cabe es la sospecha
                                                             y la duda


es la copa de vino por la noche, embriagadora y mortal,
que acrecienta su rastro por cada vez que los parpados envejecen
como un eclipse exhausto


II


y agarro con mis manos la cabeza decapitada
y respiro -inhale/exhale-
pero se mantiene firme y me acostumbro
porque si no me acostumbro, enloquezco
o terminaré viajando a Perú y luego a Santiago y así hasta llegar a algún lugar inhospito
donde no me encuentre -entre las montañas las olas la arena-
esa detestable irritación que llevo en mi columna
y no regresar
y ser anónimo
y cambiarme el nombre por Raúl Alfredo
como ya lo hice una vez


III
Entonces embarazaré este cuerpo para abortar los cadáveres malignos
iré a buscar sanación a los templos donde habiten sectas dedicadas a la brujería
caminaré lo suficiente para dejarme a mí mismo en la carretera
y ser atropellado por un bus rumbo al Averno
rascaré mi piel para que sea puesta en venta como alfombra
venderé mis intestinos para dejar de hacer gárgaras con ellos
y apostaré las emociones en casinos arreglados
para algún día al fin
no sentir nada
y
    ser
           piedra


Yo

Oh love sweet love, I know there´s a way
to help us blow below one flame
Yeah, your hand it caresses all
you remind me of a scene of a sad dream
to a place which appears
will you run with me?

Robi Draco Rosa

El loco, el romántico, el cantante, el artista, el apasionado, el que lo dio todo y aun cree que puede dar más
el que lleva la furia apretada en los dientes y la sutileza en la destreza de sus manos
el que tiene todavía ese corazón en sus manos, el que respira diariamente veneno y lo inhala y lo exhala
y no pasa nada
y no pasa nada
el que se mantiene en pie, sembrado en la tierra como un árbol, como un ceibo sin enfermar
el que no se inmuta, que no se impacta, ni se aterra. ni se asusta
que no se la cree, ni se la creerá y se muestra lúcido, vistiendo de camisa para encontrar la formalidad
que espera impaciente, que espera ya no sabe qué pero que espera porque sabe que el tiempo le debe más de lo que le ha quitado y se mantiene con una risa a medias, casi enferma, casi demencial  
el que baila a son de una salsa de Hector Lavoe o de aquellas canciones de Robi Draco Rosa, tan escuchadas, tan repetidas, que grita con Grita de Jarabe de Palo y el que toca la guitarra porque descubrió que no hay mejor cosa que hacer sonar un instrumento al ritmo de su alma y quizás con eso conseguiría ganar un amor, de esos con los que sueñan los hombres.
el que ama a toda costa o mejor no ama, el que canta susurrando en tu odio mientras penetra en lo más profundo de tu alma/sexo donde está escondido mi nombre junto al tuyo
el vagabundo por el mundo, en esta ciudad zoológico, buscando/te buscando/me en las pistas de calles desérticas.
aquel depravado de tu sexo, que te llevó a la locura y a la cordura en cuestiones de segundos, del amor al odio, del beso al llanto, de la vida a la muerte y te trajo de regreso, aquel que te hace respirar vida cuando no puedes oler más que dolor, soy el que mintió por amor, el que escupió al cielo y la saliva le cayó encima. El que todas las noches vomita un par de versos para no morir ahogado en sus propios delirios y expulsarlos. El que todas las noches se acuesta afligido por los mismos acordes que te afligen, el que sabe que todo es un mal sueño largo, una tonta película de espanto y que pronto cuando despierte de aquella onírica pesadilla, volverá a descubrir los lunares como islas en la blancura de tu campo, volverá a tocar esa guitarra imaginaria y escribirá de nuevo, esta vez primero, ese diario sin nunca acabar.


Este es mi ataque

Se han apagado tus versos, poeta
quizás la vida se vive y otros no hacemos más que escribirla
donde te encuentras, gitana del gitano, hoy cumple años de muerto tu hombre
y parece que no escribirás nada para él
hasta cuándo puede durar ese odio, ya las cobraste y sigues cobrando
esto no es un ataque, ni mucho menos una estrategia
estoy soy yo
observando de perspectiva, al pie del patíbulo.

Fito Paez y Andrés Calamaro dicen mucho, el problema es que nos atrevimos a hablar poco
y fue por este mismo medio que perdimos el hilo del asunto y todo no fue más que caos
todo por no ser pragmáticos, maduros y directos y jugar a "adiviname el verso", un error realmente.
Gustavo Cerati y Sui Generis pueden acompañarte en las mañanas
a escondidas, tu quédate en las estrofas, que los coros son míos
como ese dúo que formamos y guarda las canciones en ese forro de guitarra prestado

Cuando estés lista, conoces las direcciones y números, te esperan los libros, las canciones, la guitarra, el álbum, el sexo y Yashica, al igual que allá me esperan los discos, las películas, el diario, las pinturas y otra guitarra; tu sigue con tu viaje, que yo haré el mío y este tiempo nos será útil para luego volver a escribir en los muros, escuelas e iglesias de esta ciudad, otro diario, otra receta, otro remedio.

http://www.youtube.com/watch?v=9X0CAhuB7dY



Repercusión

I
Aun te toco, ilustre mía
permaneces suspendida sobre esas escalas mayores con las cuales te di voz
sobre la cuerda que me puse al cuello y estrangula en la fragilidad de mi garganta
ya no tengo manos
ni el mismo entusiasmo al componer
no regales a tus hijos hasta que no se componga la ultima estrofa, gritaba mi útero y decidí degollarlo
entregarlo en un bossa mal entonado
que ahora grande, encara, me enfrenta, no perdona y maldice al padre porque es un engendro sin razón de existir, reclama a su madre y no sabe que esta ya no existe
HAGAMOS UN TRATO SATAN
te cambio mis manos por un corazón nuevo
llévate con ellas, la habilidad, la destreza, las ganas de morir
para no volver a intentar hacer otro bossa suicida
ni con los pies o la boca
ni los necesito, ni los quiero
llévate mis manos y a cambio dame un cuerpo, una imagen nueva.

II
Mejor no y obsequiame un hacha
para huir como tantas veces quisimos, entre la vegetación
Amazona.
esa selva maldita y al mismo tiempo santa, virgen por siempre para estas manos que deseo mutilar
Soy hereje
echen mi cuerpo a la hoguera, quemen conmigo, mis versos y mis seis cuerdas guindadas en la habitación esperando a que decida de cual colgaré mi cabeza, echen los oleos y quizás les sirva como material inflamable para avivar el fuego, echen las cenizas en la terraza donde inició este big bang que hoy no es más que repercusión
y no termina
y no termina
y no termina



Mañana de mañana

Quiero levantarme de esta deliciosa languidez
esta que cual moco se pega a las sabanas
esta que se tatúa en la jornada diaria
esta que ya no le importa la fecha ni la hora

Perplejo voy quedando a medida que pasan los días
y la vida
es esa sombra que persigue a sus victimas en el aguacero de la noche
y la muerte
es aquella que amenaza a sus victimas diariamente ofreciéndoles calma
y los poetas
son ellos los que cierran tratos con la angustia todos los días y no se dan cuenta de que en cada uno de ellos, van dejando más de lo que pueden ofrecer

Escribir para no pensar, pensar para morir, escribir para sobrevivir, sobrevivir para con suerte volver a nacer
entonces quiero ser feto, quiero ser génesis, quiero ser big bang y lo intento así, escudriñando versos en la languidez de esta mañana, tan espantosa, tan de susto.   

De paradas y estaciones

Mas allá del horizonte, la llanura nos espera
Gustavo Cerati

Eres la acción y no reacción, eres la estación en las rieles de esta vida tan vertical y de bajada que termina de hacer su recorrido en el horizonte de tu sonrisa.
Eres el sol y esa luna que con frecuencia nos amenaza y atropella con lucidez; por las noches, cuando todo está en calma; somos espacio, tiempo en pausa, drama y comedia.
Nos encontramos en este y no otro, camino al sur, a donde nos lleva este fulminante transporte iluminados por una esfera embarazada de luz
Por ahora, permanecemos suspendidos en este decir y no decir, en este hablar y no hablar, en este juego tan elemental y necesario.
Tendré pues, la palabra, para que todo lo que se mueva y no, grite mi nombre; tendré las canciones para que todo lo que suene, cante tu dicha y tendré las imágenes para que todas queden estampadas en tu única imagen..
Aprieta el cinturón, recuéstate sobre la butaca que el viaje es bastante largo e intenso hasta la siguiente estación.

Carta de Andrés Caicedo a Patricia Restrepo (1977)

De nuevo te llamo Patricita,mi amor único, mi vida entera, mi redención y mi agonía:

Con el horror y la expectativa de que ésta sea la última carta correspondiente al último día de vivienda juntos, después de que a lo largo de dos años hemos intercambiado, modificado por el gozo o por el sufrimiento nuestras vidas, después de que he llegado a un grado de dependencia de tu cuerpo, de tu alma, que difícilmente podría haber llegado a imaginar en años más tempranos de mi existencia Patricia, te espero; ya hice todas las vueltas correspondientes al día de hoy; con el corazón en vilo me vine hasta acá, corriendo, pendiente de la alternativa de la dicha, el alivio, que hubiera significado verte, mas veo solo tu ausencia, o si no de que ya te hubieras marchado del todo, de que (una vez, una vez más) hubieras empacado libros (hay, tantos que aún no he leído) y equipaje, dejándome, para mi eterna tristeza y vergüenza, la camiseta en cuyo frente está inscrito mi nombre. Mas no lo has hecho; he llamado insistentemente a la casa de Ospina a ver si estás allá; unas veces me ha contestado Eduardo (¿te has negado?), otras veces no me contesta nadie (¿te has negado a contestar el teléfono?); y he llamado también a mi mamá, y ella, como siempre, ha quedado de nuevo preocupada, al sabernos en otro acceso de nuestra continua pugna. Finalmente he recorrido la Sexta de arriba abajo, el centro, y partes de la Quince. Oigo sonido de llaves y creo, faltándome la respiración, que eres tú, mas no, es la bruja de al lado. He pensado, se me ha ocurrido la loca idea de llevarme todo tu equipaje para mi casa (mi mamá dice que nos ha preparado un almuerzo rico), pero pensándolo mejor he creído que eso te ofendería y que entonces mayores serían tus motivos para abandonarme. No lo hagas. He recorrido las líneas de aviación, pero en ninguna están autorizadas para dar nombres de las personas que han reservado pasaje, así que, Patricita, vida mía, ¿dónde estás? Veo que te has llevado la plata que había en el escritorio ¿Qué estás haciendo con ella? ¿Has podido desayunar? ¿Estás comprando pasaje para Bogotá? ¿Estás en Telecom hablando con el hombre a quien aborrezco con toda mi alma? ¿Estás en la imprenta Gutiérrez pagando la deuda de los afiches? Vida mía ¿dónde, dónde estás?

No creas que la satisfacción de haber recibido hoy el primer ejemplar de mi novela pueda compararse a la absoluta infelicidad que siento por el desprecio que has alcanzado a tenerme. “¡Te aborrezco- me has dicho- , no sabes el asco que te tengo!” Mi amor, ¿es eso verdad? Ay, apenas son las once y media y quién sabe que clase de actividad será buena para ti a estas horas. Por favor, ven, ven a verme, aunque sea para decirme que has aceptado la propuesta del hombre que odio, que te vas esta misma tarde a dormir con él y que le vas a decir a tu mamá lo degenerado que soy. Yo estaba dispuesto a dejar de hacer todo lo que te producía sufrimiento, mi amor. Pero tu conducta intransigente, antipática, odiosa, me llevo de nuevo al camino de los tranquilizantes. Si no, ¿cómo hubiera hecho para poder dormir, para poder pensar, para poder alcanzar hasta hoy, el día en que iba a recibir el libro?

Patricita, te lo suplico, por favor, créeme, el acto, los movimientos, los gestos que yo hice con H.A. Tenorio no fueron de homosexualismo, yo no soy homosexual. Fue que se me fue contagiando la locura de él, y lo que hice fue para probarle que yo podía hacer cosas mucho más chifladas, mucho más incoherentes, quería pasmarlo y confundirlo, y de hecho lo logré, y así me sentí bien. De resto no es nada más vida mía, por favor, sácate esa obsesión, esa terquedad de la cabeza, ese empecinamiento que te caracteriza. Patricita, ¿y que si llegaras ahora mismo? Voy a pararme, voy a salir, voy a llamar a la casa de Ospina a ver si estás allá, y después voy a llamar de nuevo a mi mamá. Ojalá que este movimiento que me apresto a hacer produzca otro en dirección contraria protagonizado por tu bella, única personita.

Hice todo, y fue infructuoso. Acaba de llegar una carta de Miguel Marías. Dice que sí (ya) a las críticas de Taxi Driver, Family Plot, y ampliar Alfredo García; la crítica de Spoto se le hizo muy mala. Me he encontrado con Bernardo. Ahora me ha entrado, no sé, cierta apatía, cierta no tanto inexplicable como inmovilizadora tristeza, cauda también de que a lo mejor todas estas líneas sean en vano y que ya mi amor no tenga nadie que lo reciba, y que hojees semejantes palabras y pienses, simplemente, con el desprecio que te caracteriza. “Ja”. De todos modos no lo sé.

He hablado con mi mamá otra vez, y me propuso que me fuera para allá inmediatamente, que allá me consentía. Pero no, voy a quedarme aquí todo el día, esperándote. Me encontré con Hernán N., él iba en jeep y paró y yo le mostré Qué viva la música y se puso, la verdad, bastante contento, y me invitó a que fuera esta tarde a su oficina, para que planeáramos la celebración. Pero yo no quiero hacerlo. Yo solamente querría celebrarlo contigo. Y no haciendo una rumba ni llevándote a comer, sino congraciándonos. Patricita, contentándonos de nuevo. Sería tanta la dicha, sería tanta mi felicidad. No sé, francamente, lo que empezaría a hacer de no estar más a mi lado. Pero no lo vas a estar, lo sé. Qué ironía. Dime, ¿te vas a quedar al menos para la función de esta medianoche? Si llegamos al teatro puedes irte así con algo de plata, y ya tienes la mensualidad de tu mamá asegurada, al menos por un tiempo. Quédate esta noche, por favor. ¿Cómo te vas a ir sin el equipaje?

Dame algo de alegría, porque tú eres mi alegría y yo tengo en estos momentos el corazón en pedazos y ya no sé dónde recogerlos, o no sé qué hacer con ellos. Me deprime también la posición tan inestable mía en este apartamento. Si tú te vas yo me iré, claro, al lado de mi mamá, a intentar crear de nuevo un mecanismo de soledad que sea casi perfecto. Tengo necesidad de ti, amor mío. Puedo acostumbrarme a estar sin ti, pero nunca a olvidarte. Cuánto trasteos, cuántos cambios, cuántos altibajos de estados de ánimo. Ya van a ser la una (o ¿ya son? ¿ Será posible que se haya parado mi reloj? ) Ahora me acabo de cruzar con el León (Cerdo) Corkidi, y no me dijo nada, a pesar de que esta mañana bien temprano le entregué la carta. Mi mamá me dijo (¡ ay, qué lío!) que hoy por la tarde me traían la nevera. Ya no me negué, a mí de todos modos me sirve, en caso (Dios no lo quiera) conozca alguien con la cual merece la pena formar rancho aparte. Creo que no voy a escribir nada más. No tengo otra cosa que decir además de que no me dejes, no me dejes, no me dejes, no me dejes, no me dejes, no me dejes, no me dejes, no te vayas, no te vayas, no te vayas, no te vayas, no te vayas ¿ Será posible que a esta hora estés almorzando en Los Turcos? ¿ En Los Mellizos? Dentro de un momentico voy a ver, mejor dicho ya no sé qué hacer, no tengo ni idea de a dónde puedas estar y eso me mata, me mata la indecisión, la inseguridad, quiero verte, Patricia, entregaría mi vida a cambio del privilegio enloquecedor de abrazarte, de recostar mi cabeza en tu pecho, y abrazarte, encontrar la seguridad en ti. Alto ¿ Será que te has ido para ,el campo? ¿ Para Pance?

Ahora vino H.A Tenorio con la idea de sacar una revista trimestral sobre arte en general y quiere que yo colabore y yo claro que con mucho gusto. Pero antes necesito verte, vida mía, amor mío, mi dulce, mi bella, mi placenteramente insoportable perdición. Aparece, Patricia, ven a mí, vente conmigo nuevamente, aunque sea la última. Yo te necesito, ya te lo he repetido mil veces, no soy nada sin tus besos, no me dejes solo, no me dejes solo, vienen a mi mente miles de canciones cursis, pero ninguna alcanza a expresar mis ansias, mis sentimientos. O déjame, está bien, pero concédeme la tranquilidad de no volver a pensar en ti jamás.

Te adoro, te idolatro, si no puedo vivir sin ti llevaré, supongo, una especie de anti-vida, de vida en reverso, de negativo de la felicidad, una vida con luz negra. Pero brilla el sol, tú puedes estar cerca.Ahora salgo a buscarte, amor mío.

Renuncio

Renuncio a que se claven agujetas entre la uña y la carne, que lleguen a mi garganta y hiervan para ser vomitadas por mis fosas nasales. Renuncio a esta no vocación de arruinar, a este teatro de lo absurdo diario que desemboca en la desgracia, en los cauces de esta fatalidad que se asemeja a la realidad y no a un sueño largo, a una tonta película de espanto, porque lo que mata no son las drogas si no el espanto. Renuncio a esta caída cíclica, a esta rueda que no termina de girar este mundo y no mundo surreal, superficial que tanto se te asemeja.
Despidanme entonces de la absoluta realidad de mantenerme vivo al borde de aquel abismo donde esperan los cadáveres con los sesos fulminados, de tanto martillar en la memoria. Despidanme de no saber afrontar la muerte estando vivo, de recoger con las manos tu paso, tu furia; aquella que pertence latente en los brazos de mi exterminio.
Estoy cual malabarista en la cuerda que se extiende por la llanura resguardada por la ausencia. Estoy cual extraterrestre buscando/esperando encontrar la galaxia no deseada, donde no hay augurio, donde no hay dolor; auxilienme del desvanecimiento. Renuncio nuevamente a la perdida, al yo no contar hasta el cinco ni hasta el diez, ni hasta el veinte, ni hasta el mil, ni conmigo, ni con nadie.
A la penumbra, a la esfera de la cual no tengo intenciones de llegar a la cima, a la derrota, a las banderas blancas, a la precoz vulnerabilidad, a la sosobra, a la capacidad de hacer gárgaras con mis intestinos cuando observo. El deseo permanente de aplicar sin voz ni voto, tu juicio, tu corte marcial, que encarcela la presencia de este ser y no ser, a las sombras proyectadas todas las noches en alta definición en lo onírico de la inconsciencia, a tu imagen holografía cada vez que viajo del sur al norte, de norte a sur; que me quedo, que no estoy y cuando estoy, fallezco, desvanezco, desaparezco. Renuncio a mi mismo, renuncio a este texto, renuncio a saber que esto es en vano
en vano
E                                         N
V                                         A                                       N                                  O

El Desahorcado


La noche que Raul Alfredo había decidido cambiar de vida para no volver a ser el mismo y no cometer los mismos errores (ahora nuevos errores) que lo habían llevado al borde del desquicie, se comprometió con primero cambiar de orden las cosas en su habitación, luego de eso, tomó un vaso con leche (dato irrelevante dentro del relato, parece más un diario que un cuento) luego volvió a su habitación y se dio cuenta de que se había regado el vaso (sobre el piso?) sobre la cama, su hermano menor se había subido a jugar y se tropezó, tenía que cambiar las sábanas, cuando las cambió se dio cuenta de que en ellas había manchas rojas (sangre seguramente, tantas veces intentaste matarte y no te salía bien el truquito) recordó entonces aquella vez en la había intentado armar una soga con papel higiénico para la revancha de su suicidio (con papel higiénico? qué marica) como no dio resultados se fue a la casa del vecino a pedir papel periódico (al menos) y tampoco funcionó, entonces decidió darse por vencido y cambiar de orden las cosas en su habitación (cierto por allí estábamos) luego de eso llevo la comida a su habitación y recordó de nuevo aquella vez que comía ensalada con tanto énfasis (drogado seguramente) le volvieron las ganas de… cogió por undécima vez el cuchillo de mesa y lo intentó, en serio lo intento pero… (Pero que inútil este tipo, es una vergüenza para nuestros modernistas) luego de eso subió a la habitación y decidió cambiar el orden de las cosas en su habitación (¡aaahhhh ¡) lo hizo de nuevo pero no funcionaba para dejar de recordar que… entonces cuando iba bajando las escaleras su madre le preguntó (ya sé ¿quieres comer?) ¿Quieres comer? y no, no soportaba la comida, ni el pollo, ni la carne, ni ensaladas, ni nada, entonces abrió la refrigeradora y vio un jugo de naranja (aquí vamos de nuevo) y recordó “El Manaba” el mejor lugar para tomar jugos de cualquier variedad (¿qué te pegan por hacerle publicidad?) por la piscina olímpica como le había dicho su padre; subió a su habitación esta vez la cama… subió por el techo y se colgó de su lámpara, se balanceo, dobló las piernas e intento como en aquel poema tocar el piso con las manos, imposible, solo en la poesía (¿en qué demonios estabas pensando?) cuando quiso bajar, cayó de cabeza, se golpeo tan fuerte (¿Qué al fin no volvió a recordar?) que recordó que tenía que cambiar de orden las cosas en su habitación.    

Dientes


I

Luces como el personaje principal de las fábulas donde existe el padrastro malvado y la madre sumisa, añoras aquellos años de libertad donde caminar era tu principal distracción/vocación de la cual todavía tengo un ligero recuerdo; allá en esas calles de ultratumba, falda jean, decía tu nombre y no volteabas.
Tienes tanta hambre de llevarte todo por delante y a veces, en silencio, sabes que son más sueños que realidades; que allá donde el sol se acuesta, hay otro mundo, al que decides darle la espalda, mientras mis brazos estallan cuando te escuchan.

II

No sostenemos la misma bandera en cuanto a gustos, en ocasiones con suerte proclamamos tregua y regresamos a nuestros inicios, conversamos y se torna intenso/polémico que vale parar un instante, antes que discutir, una broma mal formulada nos rescata. Tu arte, me sopla en la cara y mis mejillas se enfrían como en la noche que habías decidido ser mi novia. Tu arte es la medida que te eleva por los aires y el mío queda tan aislado, dios nos libre hablar de tú Klimt y mi Kandinsky.

III

Al otro lado del charco, está la poesía, la guitarra, los oleos, los lienzos, las canciones entonadas que cantabas en la oscuridad, los libros de filosofía jamas terminados, la música con sabor a juventud, tan lejos para no arruinarnos y tan distantes para compartir errores, logros y más errores. Disparates disparan tus labios todos los años, diciendo que esta vez saltaras el charco, que no te mojarás, que ya no le temes a nada, mientras mis brazos estallan cuando te escuchan.

Dionisia


     
I

Tu locura encanta, Dionisia, llevas en ti las fiestas dionisíacas, donde el vino, el RON y tequila nunca sobra, donde los niños caen rendidos en la explanada soleada de tu empeine, donde la música suena en alto volumen y pierdes con ella la calma y el desquicie te hace suya, a ratos mía, a ratos de ti misma.

Has perdido la blusa y ya no te importa, para nadar mejor, gritabas flotando sobre el Mar Egeo, ninfa, te llaman a invitarte a los bacanales, sin ti tanto pecado no tendría sentido, sin ti hubiésemos muerto de aburridos los seres que esperamos un balazo en la cabeza, sin ti muchos se habrían suicidado en masa antes de la hora, esperando el día que llegues, con una mano tapando la luna y en la otra el RON apuntando a Venus, allá de donde vienes y no deseas regresar.

II

A ratos, pirata, te tapas un ojo y haces una maroma para probar que no somos nada, que mandas, que ayer llorabas desconsolada en la habitación y hoy ningún hombre te conmueve, que finges no tener corazón y tienes uno, más valiente, más fuerte, más tierno que el de cualquier otro ser y que no puede ser consolado, que ocupa mucho espacio; no te han enamorado bien, ese es el problema. 

Quiero verte como ayer; el goce, es el ejemplo de que la felicidad se da por instantes y tu eres el presente ejemplo, vaciemos los bolsillos que esta noche no tiene amanecer, hagamos que dure por los siglos de los siglos, que al otro día, no vamos a seguir teniendo la sensación de haber estado vivos y que hoy somos cadáveres ambulantes en busca de comida.

III

Que la ciudad nos apesta, que lanzarse de espaldas desde un edificio tiene igual de sentido que un perro se orine en la calle, que somos seres entregados al vino y al hachís, que esperamos no abrir los ojos y quedarnos allí, en nuestras oníricas alucinaciones, separarnos de nuestros cuerpos, deseando ver las cosas siempre como queremos, alquilando una pieza en la lúdica inconsciencia que nos acoge y asemeja.


Cabizbajo

En lo alto de la alcoba
la soga en movimiento
un cuerpo balancea, sin pena ni gloria
órganos en desorden
no permiten la circulación
toco el piso con los dedos
y camino por debajo del tejado

Padre



Padre
Llego casi sin versos al poema
Llego sin llegar al poema

Qué insignificante la mediación entre nosotros para poder sentarnos a conversar, qué cansado me encuentro ahora después de haber librado una batalla yo vs yo; qué tan tarde me he dado cuenta para explorarte, padre, veo en ti a veces tanta pena, tanto dolor, tanto remordimiento, tanta fuerza, tanta perseverancia, quizás a ti te faltó una conversación CON mi abuelo pero para eso estoy yo, para poder ser mejores y para que cuando quieras también llorar, sepas que estoy allí.

Qué injusto el tiempo, la vida, el amor
Soy tu sangre y llevo en ti, los deseos, la lucha, el discurso, el lenguaje, la palabra.
Ahora perdidos entre los años de este triste siglo
Este siglo aberrante, reaccionario, decadente, quizás no muy diferente a otros      
No puedo heredar mejor riqueza que esa
Que la pasión
El dar todo por el todo
Jamás me arrepentiré de eso

Padre, a veces soy débil, nací con ciertos rasgos más perceptivos al dolor, sufro porque hay un especial gusto en ello, porque la felicidad me parece que es jodidamente inalcanzable y porque la pena la llevo sobre los hombros. Mírame, yo sé que en mí, te ves a ti. Hombre de lucha, dirigiste cientos y ahora me diriges a mí. 

Tengo miedo y al mismo tiempo hambre de comerme el mundo, a veces, no puedo dormir de la cantidad de ideas que tengo, voy caminando y pienso que las cosas grandes no llegan solas y que hoy es el día de poder dejarse de huevadas, por eso puedes estar seguro de que hiciste un buen trabajo, como padre, como amigo, como guía. Te felicito en tu día, papá.

Bandera Blanca

Cuando veo que se acerca un problema, voy hacía él.
Antonio Bodero

La razón desmaya ante susceptibilidades emocionales

he aparecido entre la aun descuartizada memoria, sin cabeza y extremidades
barriendo sangre derramada en esta batalla diaria en un camal sin direcciones
a la trinchera, me levanté temprano y llevé conmigo equipo ligero

dos banderas blancas desgarradas en la tarde que paso el tren y no te subiste a él

dos banderas blancas hechas de papel y un poema que jamás sabremos que dice


dos banderas blancas condecoradas de paz arrojadas al abismo
al que ninguno/losuno quiere asistir


a veces levantarse resulta tan despertante 
vienes de un túnel, abres los ojos y sigues allí
sobre todo cuando eres abatido por una larga noche que te mantiene entre la vida y la muerte
no obedeceré ordenes de nadie, esto va porque no aguanto más
siento que si no escribo muero y si no muero, si no muero.

esto cada vez se parece menos a un poema/poesía, qué los diferencia
tregua por las tardes de nubes soleadas
tregua por los viajes
tregua por los rollos nunca revelados
tregua por las velas
tregua por los juegos en el parque infantil
tregua por todo
para, si no escribo muero y si no muero, si no muero.

no tengo ataque preparado, ni estrategia, ni formación
solo la extraña presencia de palabras escritas de pluma a papel en medio de todo un alboroto
que inútil salir a las calles a buscar compañía, tan sola, fría, rígida, esta ciudad sin sentido
consciente puedo declararme de tanto dolor provocado pero el de hoy no es humano
el de mañana tampoco es humano
el del lunes tampoco es humano
el del martes tampoco es humano
el del miercoles tampoco es humano
el del jueves tampoco es humano
el del viernes tampoco es humano
el del sábado tampoco es humano
o quizás sea tan humano que por lo mismo, sucede.

esto cada vez se parece menos a un poema/poesía, qué los diferencia
no tengo correspondencia, no hay carta alguna y no existo ya entre el cosmos guardado en los diarios
eso quizás me da la libertad de publicar, mi escribir está presente todos los días
un sin números de versos desesperados y palabras y adjetivos en un cementerio al que nunca querrás entrar
seré el cantor, el que va por allí tocando la guitarra
nunca había a nadie deslumbrado tanto con el sonido de un par de acordes
con la pincelada a mano de los oleos
esa locura de ir de viaje al norte, solo para cumplir un cometido
las flores, un cuadro, una rosa, la rosa eras/eres tu.
quizás por qué

el tsunami lo vi venir, viene por nosotros
y podríamos encarar soberbios el presente como la tarde que un cataclismo amenazaba con inundar todo, huir como tantas veces lo planeamos y vivir en alguna isla
esa casa/playa que tantas veces construimos y volvimos a construir, las escaleras, la biblioteca, las habitaciones.
No espero respuesta
No espero respuesta
trato de convencerme de ello.
No espero respuesta
No espero respuesta

Para
no sé cual es el daño que provoco, me ha tocado recibir las dagas con la lengua
quemar el ultimo cigarrillo en mi oreja, hacer malabares con el corazón para que no se me salga por la boca, aprender a cruzar la calle bailando cada noche en mi cama, si, de un lado al otro, como un vals de nunca acabar.

estoy exhausto, espera un minuto
deja acostarme en el suelo, mirar el cielo y desvanecer
espera
solo un minuto
ven
te puedo sentir
recuerdo cuando cerraba los ojos
era para eso
para acostumbrarme a sentirte
respirarte
reencontrarnos
encontrarte en la oscuridad
en el silencio de tu paso
qué acto tan suicida
y al mismo tiempo, tan vivo.

Contaminada


Ya no puedes digerir mis palabras porque estás leyendo poesía, mujer, contaminada, has perdido el lenguaje y te queda eso sí, la venganza, te estoy bofeteando con un guante lleno de torturantes letras, capaces de partir las piedras, incendiar los cielos, inundar los desiertos, te estoy retando a que como Homero escribas, como Lorca, aquel gitano que todavía recuerda aquella tarde donde terminé tus versos mientras te hacía el amor, te estoy retando a que te veas tú misma hace 90 días, te estoy retando a examinarte, te estoy retando a ser un ente capaz de en este mismo instante, responder con versos este mamarracho, te estoy retando a que me lo digas, pero no, sabemos todos que no será; te han secuestrado, vigilantes fieles del no pensamiento; quememos las puertas, las ventanas por donde entra tu oxigeno, veneno que tu cuerpo exhala, lancemos por la borda tu cama, donde está tatuado mi cuerpo, donde las sábanas por más que se laven siguen teniendo un ligero aroma al perfume barato que tanto te gustaba, tendrás que adquirir muebles nuevos, estoy en cada centímetro y te acuestas y te recuestas y te levantas y te vuelves a acostar y sabes que un cuerpo estuvo allí, en tu lecho, las más imposibles posiciones, mi lado, tu lado, nos confundimos, somos masa, somos piel; ese disco que sonaba por quinta vez y la luz amarilla brindaba una atmósfera tenue, densa, una atmósfera con sabor a película porque éramos protagonistas de nuestros filmes de proyecciones en la pared. El penetrante olor a incienso, la naranja exprimida por tu mano palpitante, firme al momento de empuñar el placer, el chocolate regado por los muslos, yo era un cacaotero en busca del santo grial en la blancura de tu campo, bebí de tu seno, pechos, que reclaman justicia hoy al ser maltratados, estrujados

y ya no hay hombre que te escriba, si animales que te huelen el trasero y reclaman atención, 
y ya no hay hombre que te haga temblar de pasión, si animales que te saquen risas fáciles 
y ya no hay hombre que te soporte, si animales que se irán y vendrán 
y ya no hay hombre que te discuta, si animales que estarán de acuerdo 
y ya no hay hombre confundido, si animales con certeza 
y ya no hay hombre que te cante, si animales que aúllan y caminan en círculos esperando las sobras de los hombres 
y ya no hay hombre de verdades, si animales y bestias esperando algún día convertirse en hombres. 

Esta guerra se combate en las calles

Escucho una botella de plástico siendo retorcida para luego ser reciclada, encuentro en ese sonido un especial parecido al que se provoca cuando las personas, corruptas, finalmente lastiman a otras, dando paso a una guerra civil.


Yo y tú (la primera persona se reserva el derecho de admisión)


En una guerra


En el peor de los inventos de la humanidad


Tú y yo


En las trincheras desde donde apuntamos con flechas y lanzas a las llagas todavía húmedas, para que no puedan sino solo delirar.


Donde las armas son las palabras y las tildes sirven de impulso para acabar con cualquier intento de paz.


Advierte al menos, donde en el suelo se encuentran las minas, qué será bombardeado, cuanta radiación dejará desde hoy hasta después de décadas y por qué no, siglos; si voy a tener mudarme al sur para que no me alcance la nube color verde y viajar hacía Lima o Santiago para buscar refugio; si voy a tener que correr ahora descalzo y desnudo antes de que el sol aparezca y atraviese las persianas que guardan sombras y penumbra por las esquinas, en la textura del librero, de las sabanas y de la puerta que aun sigue abierta, que yace dividiendo éste, con el otro mundo, un poco más perverso, más malvado y al mismo tiempo más acogedor.   



No seas mas


No seas mas, heredera de los dogmas maternos que tanto te inculcaron en la sombra de tu niñez y que hoy se proyectan como cintas en salas de lujo y confort.

                        No eras otra sangre

                                   Eres sangre heredada

                                           Sangre compartida del mar mediterráneo

Ruega ser libre, para así no cargar con toda la pena de años acumulados de temblor y temor, de todo el desquicie guardado en cada cabello a la hora de la jaqueca, de la ilustre soledad que permanece haciendo chistes y acrobacias frente a ti, entreteniéndote, “ocupando la cabeza en algo” (como aquella mentira que tanto escuchamos y que de cierto no tiene nada pero parece bastante lógico y sencillo) mintiéndonos, engañándonos y no intentamos zarpar, sabiendo aun que estás siendo burlada por tus propios tripulantes. 

Vulnerada en todos tus hechizos descubres que no hay mejor trato que la indiferencia.





Carta desde el no me olvides


Cielo, no seas la represa que permanece en reparación detrás de mis ojos, no seas la gota sobre mi brazo sugiriendo una próxima llovizna, en esta tarde tan gris como el atuendo que llevabas puesto el día que renunciaste a seguir con el lamento y el dolor.
Cielo, no derrames tu néctar sobre la cabeza de un inútil desertor, sobre el inútil acongojado con miedo, que se refugia detrás de las rejas, la gente, las multitudes y es incapaz ahora de mover un musculo; el más mínimo impulso, lo fulminaría.
Cielo, estas sobre mí y todas las razones son tuyas, vamos, colecciónalas en una caja para que luego argumentes a los nietos por qué hay nubes y no amantes en tu techo celeste, como en aquellos cuadros al oleo, que alguna vez intenté pintar pero que al final no se cuentan, por insignificantes.
Cielo, jugar al ahorcado no tendría sentido ahora que nos conocemos todas las palabras de nuestro abecedario personal, tanto que algunas las adaptamos a nuestra cotidianidad e incluso a nuestros escritos, nos conocemos lo sé, nos consideramos no sé.
Cielo, mañana será un día pesado, amaneceré desvariando en tus actos, resucitaré de un sueño ligero, casi mentiroso, que no hace más que tenerte la noche entera entre la vida y la muerte para así no decidirse por ninguna y no dar dictaminar una sentencia.
Yo no soy y hace unos días tú, Cielo, eras otra o al menos eso se me ocurrió cuando caminaba por Urdesa y recordaba nuestros primeros encuentros en cafeterías, hoy colosales edificaciones de nuestro paso, nuestro temor, que dejamos en las mesas, en cada sorbo de café, en cada pedazo de tu postre. Esa noche confesé que no era, ni sería el mejor partido, la mejor moneda, que todo lo que era, estaba allí en ese instante y que nada ni nadie me acompañaba.

Cielo, ya no puedo sostenerme de mis rencores, antes, mis mejores pilares; hoy, las ruinas de un templo, cuya destrucción acabó con la voluntad de un tipo y provoca la agonía de todo un pueblo.      
Debí, todo es pasado, cómo despistar ahora, cómo secuestrar la atención, cómo retorcerme en el suelo porque las manifestaciones fisiológicas no tardan en venir y la cabeza me estalla y la represa en reparación se desmorona y la nariz cansada de estornudar, se torna roja y tan grasa que cualquier insecto podría resbalarse por ella; así se va acumulando en el rostro la pálida y el cuerpo no es más que carne al expendio o refugio de bacterias.
los últimos meses de tu memoria pasan frente a tus ojos porque es como si una parte se tachara y el rasgón con la pluma abriera las heridas y hospede a la muerte.
Recuéstate Cielo, jugaré contigo en las tardes y por la noche te dejaré despejar para que nosotros los mortales gocemos de una noche con luces.
Acércate Cielo, sé que has puesto a disposición del poder mi libertad, 10 metros no son tanto, de allí podría todavía saludarte, y lanzarte algún detalle, haciéndote señas desde lejos, provocando un incendio o acercándome para hacerme acreedor a un puesto VIP en los calabozos de la policía judicial.
Cielo, ahora eres tú y nada más, se libre, baila con las estrellas, viaja por toda Europa y América y tráeme un recuerdo desde allí, donde en algún momento soñamos con vivir y no teníamos ni puta idea de cómo pero estábamos tan decididos que seguramente podríamos haber llegado allí y volver a partir.

Lo extraño de todo

lo extraño de todo
es haberme convencido de que te encontrabas en una ventana
con la luz a medio tono a medio claro/oscuro
cubierta con todas esas telas rojas
que esos colochos decoran  
a los cuales todas las noches les murmullo
que se apiaden del secuestro que han provocado

te das paso desde el otro lado de todo el tropico los volcanes
con la planta de tus pies rozas sobria toda la vegetación
la espesa selva es sumisa y precisa en reaccionar ante tus pasos
porque vienes de ella
te haces a través de ella
y llevas clavado en los ojos el color de las hojas de las ramas de los arboles caídos
y llevas la voz de una tierra lejana y el timbre de una persona cercana
y llevas contigo un perfume que no logro percibir entre tanto rumor
y llevas contigo todas las calamidades que para algunos extraños son y para ti
solo para ti tan cercanos los escuchas
y llevas conmigo las vocales y consonantes exactas
las acciones oportunas
los sonidos
que casi no se escuchan
cuando caemos del sueño
y nos depedimos

De las tardes y calles; húmedas y encharcadas

De las tardes y calles
húmedas y encharcadas
las gotas del río desbordado por la vereda en la que no te sumergiste
de las noches heladas, bulliciosas y estresantes
el deseo extenuante de verte partir con delicia hacia los extremos lúcidos de la sobriedad
de las canciones de odio, grito y mesura
las melodías regadas en la parte de atrás para no ser mas escuchadas, ni en pesadillas, ni en la radio
y de esa fabulosa cordura de la que constas
mi repulsión en zanjas de absurdos

ha llegado un limite del que los fines no pueden prescindir
no hay dirección, señalización, limites de velocidad,
ni niños cruzando la calle y padres que corran atrás de ellos
no hay avisos, ni secuencia de palabras en una de nuestras tristes conversaciones sobre nada que tenga algún tipo de relevancia dentro o fuera de nuestras vidas

el instante del que olvidé por completo el nombre de la hija de la segunda hermana, hija de la madre que se mecía en la hamaca mientras te cantaba canciones que no te harían mas que perderle gusto a la cotidianidad

perfecto hijodeputa del que me he hecho cómplice
engañosos prejuicios de los que me hice aliado
exterminio de ideas en campos de concentración devueltas en jabón para limpiar sesos
no me ha quedado mas que describir fenómenos abstractos
llenos de ira y repugnancia